Si yo te contara, crisis, no, puteo sí.

El sitio donde me pagan por estar y sonreir tiene tres dueños.
Dos de ellos hacen lo que les da la gana, cuando les da la gana y si quieren. Son como Aznar o Gonzalez en la última legislatura, mayoría absoluta y oligarquía pura.
El tercer dueño, una mujer, es la dueña en la oposición. Es como Esquerra Republicana de Cataluña en el Congreso pero con razón. Ella sabe que nunca, nunca, tendrá una oportunidad de desarrollar la empresa, pero sigue aquí.
Alguna vez me he sentido tentado de llamar a Iker Jiménez, para ver si es un caso cuanto menos, misterioso.

A parte de todo este plantel, y obviando a los hijos de los tres dueños, a los que puedo denominar compañeros de trabajo, hay puesto un director de la empresa.

Al pobre le habían dado vacaciones (no sabéis lo que tiene que aguantar) y hoy ha vuelto. Cuando ha entrado, la conversación ha sido más o menos esta:

- Hombre, vuelve nuestro abnegado benefactor, guía y líder de nuestra caduca empresa.
- No me toques los cojones nada más llegar, que los llevo negros.
- Únicamente doy uso a mi verbo florido y cortante, curtido en las batallas del fango de la monotonía y la resistencia pese a NO LIBRAR EN VEINTE DÍAS.
- Te fuiste tres días seguidos y en un mes se libra cuatro.
- Antes de comulgar mi escudo con el vuestro, mandé un mensajero en forma de SMS para informar de que me ausentaría en la batalla esos tres días, antes de ver siquiera los días definitivos de nuestra formación, apilando escudos en parapetos, por si salpicaba la mierda del suelo.
- No me jodas, que no puede sustituirte nadie
- Creí que nunca lo dirías, te tomo la palabra. En serio, no puedo más.
- Si no tienes trabajo. No hay casi nada que hacer ahora.
- Esa es la cuestión, que vengo para nada, y tengo que estar guapo y afeitado, quiero un día para tirarme en la cama y soñar con que acaba este mes de sufrimiento.
- No puedo hacer nada
- Qué sorpresa.
- Mira, me subo al despacho, ahora bajo.
- Cuando quieras, yo hasta la hora H no me puedo escapar de la jaula.

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Hay que decir que casi nada de esto es real, aunque basado en historias ficticias. Todo y absolutamente todo es producto de mi mente... digamos no demasiado sana, de la falta de sueño y de la comida basura y el alcohol barato.

En verdad de vez en cuando me dan comida y todo, y me dejan hacerme todos los cafés de máquina que sea capaz de ingerir. Pagan medianamente mal, pero estamos en crisis. Los sueldos llevan congelados mínimo desde 2001. Los datos anteriores de sueldos se destruyeron en un incendio ficticio, con bomberAs casi en pelotas, modelos y ninfas, que me apgaron los calores húmedos en lo que me han dejado dormir los que custodian esta jaula llamada negocio.

¿Este post puede ser síntoma de burn out?
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La explicación de la invención también es inventada, o es la evitación de una bronca si alguien de por aquí lo lee.